La Catedral de Metz, o Cathédrale Saint-Étienne de Metz, es una obra maestra del gótico francés situada en el corazón de Lorena, al noreste de Francia. Construida entre los siglos XIII y XVI, esta catedral es una joya arquitectónica que combina el gótico clásico con detalles del gótico radiante, reflejo de su prolongado proceso constructivo. Uno de sus mayores atractivos es la impresionante altura de su nave, que alcanza los 41 metros, lo que la convierte en una de las más altas de Francia.
Conocida popularmente como la linterna de Dios, la Catedral de Metz alberga más de 6.500 m² de vitrales, la mayor superficie de vidrieras en una catedral europea. Estos vitrales no solo datan de la Edad Media, sino que también incluyen creaciones contemporáneas, como las obras del reconocido artista Marc Chagall, lo que genera un diálogo único entre arte antiguo y moderno.
Este monumento histórico no solo es un símbolo espiritual de la ciudad, sino también un atractivo imprescindible para el turismo cultural en Metz. Su arquitectura imponente, su luminosidad interior y su riqueza artística la posicionan como una de las catedrales más bellas de Francia. Visitar la Catedral de Metz es adentrarse en la historia viva del arte gótico y descubrir uno de los grandes tesoros del patrimonio francés.